Día Mundial contra la Trata de Personas
Se estima que 21 millones de personas están atrapadas en las redes de
la esclavitud moderna. Hombres, mujeres y niños caen en las manos de
traficantes tanto en su propio país como en el extranjero. Todos los
países están afectados por la trata, ya sea como país de origen,
tránsito o destino de las víctimas. La esclavitud, tanto en su forma
moderna como en la antigua, no es sólo una vergüenza, sino que es «la
execrable suma de todas las villanías», como la definió el abolicionista
John Wesley, y no tiene cabida en nuestro mundo.
En 2010, la Asamblea General adoptó un Plan de Acción Mundial para
Combatir el Tráfico de Personas, urgiendo a los Gobiernos de todo el
mundo a derrotar este flagelo. El Plan llama a integrar la lucha contra
la trata en los programas de las Naciones Unidas para el fomento del
desarrollo y el refuerzo de la seguridad mundiales. Una provisión
crucial del Plan es el establecimiento de un Fondo Voluntario
Fiduciario para las víctimas del tráfico, especialmente mujeres y niños.
En 2013, la Asamblea General sostuvo una reunión para evaluar el Plan
de Acción Mundial. Los Estados miembros adoptaron la resolución A/RES/68/192
y designaron el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata. En la
resolución, se señala que el día es necesario para «concienciar sobre la
situación de las víctimas del tráfico humano y para promocionar y
proteger sus derechos.»
Mensaje del Secretario General con ocasión del Día Mundial contra la Trata de Personas
En todo el mundo, los delincuentes están vendiendo, con fines de lucro, a otras personas. Las mujeres y las niñas vulnerables constituyen la mayoría de las víctimas de la trata de personas, especialmente las sometidas a la degradante explotación sexual.
Las víctimas de la trata son engañadas y sometidas a servidumbre con la falsa promesa de un trabajo bien remunerado. Los migrantes que atraviesan las aguas mortíferas de los mares y las arenas ardientes de los desiertos para escapar de los conflictos, la pobreza y la persecución también corren el riesgo de ser víctimas de la trata. Las personas pueden encontrarse solas en un país extranjero donde se ven privadas de sus pasaportes, endeudadas a la fuerza y explotadas como mano de obra. Los niños y los jóvenes pueden sentir que se les roba la vida, se les impide recibir una educación y que se frustran sus sueños. Se trata de una agresión contra sus libertades y sus derechos humanos fundamentales.
Las redes delictivas que se dedican a la trata prosperan en los países en que el estado de derecho es débil y la cooperación internacional, difícil. Hago un llamamiento a todos los países para que combatan el blanqueo de capitales y firmen y ratifiquen las convenciones de las Naciones Unidas contra la corrupción y la delincuencia organizada transnacional, incluido el protocolo contra la trata de personas de esta última convención.
También debemos prestar una asistencia significativa a los necesitados, que incluya la protección y el acceso a la justicia y los recursos. Aplaudo a los donantes que han hecho posible que el Fondo Fiduciario de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Trata de Personas preste asistencia a miles de personas. Al mismo tiempo, insto a que se hagan mayores contribuciones para ayudar a que los muchos millones de otras víctimas de este delito sigan adelante con sus vidas.
Todos los países deben aunar esfuerzos para superar esta amenaza transnacional apoyando y protegiendo a las víctimas sin dejar de perseguir y enjuiciar a los delincuentes. En el Día Mundial contra la Trata de Personas, tomemos la decisión de actuar de común acuerdo en nombre de la justicia y la dignidad para todos.