Manifiesto con motivo del Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre)
Hoy,
Día
Mundial de la Alimentación,
constatamos que 805 millones de personas siguen pasando hambre en el
mundo.
A
pesar de la tendencia positiva en la disminución del hambre recogida
en el último informe de la FAO, todavía una
de cada nueve personas sufre desnutrición crónica, mientras que en
el mundo se desperdicia el 30% de todos los alimentos producidos.
En
esta Jornada, Manos
Unidas,
Justicia
y Paz,
Confer,
Redes,
Obras
Misionales Pontificias
y Cáritas
volvemos a sumar nuestros esfuerzos en el marco de la campaña global
“Una
sola familia humana, Alimentos para todos”
para RECLAMAR el derecho de todos los seres humanos a una nutrición
suficiente, sana y adecuada, como parte esencial de una vida digna.
DESDE
NUESTRA FE en Dios, Señor y dador de vida y de toda la Creación, y
DESDE nuestra opción evangélica y preferencial por los más pobres
y vulnerables, inspirada en una ética de la solidaridad que promueva
la creación de estructuras sociales justas,
REAFIRMAMOS
NUESTRA DEFENSA del destino universal de los bienes, incluidos los
alimentos, así como el uso responsable de los recursos naturales.
SOMOS
TESTIGOS, por nuestro trabajo de acompañamiento a las comunidades
más olvidadas de todo el mundo, de las urgentes necesidades y la
vulneración de los derechos humanos de quienes han sido definidas
por el Papa Francisco como “víctimas de la cultura del descarte”.
Por
todo ello, en esta jornada hacemos un llamamiento a la ciudadanía a
COMPROMETESE con la realización efectiva del derecho a la
alimentación de todas las personas.
Por
eso os invitamos:
- A mantener un estilo de vida basado en el consumo responsable y sostenible, que evite el desperdicio de los alimentos, por sus efectos ambientales y su repercusión en el alza de los precios, y que en definitiva incide en la inseguridad alimentaria de los más vulnerables.
- A pedir a los poderes públicos y representantes políticos que:
- Sitúen, tanto a nivel estatal como europeo, el Derecho a la Alimentación en el centro de las estrategias de Gobierno y lo protejan de los intereses del mercado cuando éste intente utilizar los recursos de la tierra, el agua, las semillas y el trabajo en beneficio de unos pocos.
- Acometan el objetivo de Acabar con el Hambre en la nueva agenda de desarrollo “Post 2015”, dado que el hambre es la manifestación más extrema de la pobreza.
- Respalden un modelo agrícola sostenible, destinando al menos un 10% de la Ayuda Oficial al Desarrollo a la agricultura familiar y dando prioridad a la producción de alimentos sobre el cultivo de agrocombustibles y actividades intensivas que conllevan la degradación de los ecosistemas.
- Implementen un marco regulador que evite la inflación del precio de los alimentos y su desperdicio, en cualquiera de las etapas de producción y consumo.
- Apoyen la consecución de un acuerdo internacional para frenar el cambio climático, que dé pie a modelos más sostenibles de producción de energía y de alimentos, y a contar con la financiación adecuada para facilitar la adaptación de las comunidades más vulnerables a sus efectos negativos.
16
octubre de 2014, Día Mundial de la Alimentación.
La
campaña Una
sola familia humana, alimentos para todos,
lanzada en diciembre de 2013, es una
iniciativa auspiciada por el Papa Francisco
y realizada por la Confederación Caritas Internationalis con el
objetivo de terminar con el hambre en 2025. En España, Cáritas y
Manos Unidas han decidido sumar sus esfuerzos y colaborar de manera
fraterna en la puesta en marcha de esta campaña a nivel nacional, en
la que participan también Obras Misionales Pontificias de España y
las organizaciones que, junto a Cáritas y Manos Unidas, trabajan en
el marco de la iniciativa “Enlázate por la Justicia”: Justicia y
Paz España, CONFER y Redes.